Canarias alcanza la cifra más baja de autoabastecimiento alimentario de su historia

Extraído de «Canarias Ante la Crisis Energética«

En el año 2007 Canarias cultivaba, según las estadísticas oficiales, 51.601 hectáreas, sobre todo de viñedo (casi 19.000 has.), y de plátano (9.500 hectáreas), alcanzando con estas cifras el porcentaje de superficie labrada más bajo de la historia de las islas, en relación con su población, lo que implica un alto nivel de dependencia de un sistema agroalimentario del exterior intensivo en el uso de combustibles fósiles, y especialmente vinculado a la cadena de frío y transporte, de alta vulnerabilidad en la segunda era del petróleo que hemos iniciado.

Según la consejera delegada de Gestión del medio rural Canarias, Águeda Fumerosólo el 6% de los productos que llegan a las mesas canarias tienen su origen en las islas“, lo que supone igualmente una cifra record de dependencia alimentaria del exterior para mantener la población local.

En algunas islas, como Tenerife, hasta este año se ha seguido perdiendo suelo agrícola de forma continua, para pasar a ser suelo urbanizado o eriales, según describe este artículo de La Opinión de Tenerife: La Isla pierde cada año 250 hectáreas de suelo cultivado

Por otro lado, según las conclusiones del artículo de la revista Hacienda canaria, “La balanza agroalimentaria de Canarias”, de Juan S. Nuez Yánez y Manuel Redondo Zaera, “la balanza agroalimentaria de Canarias presenta un considerable desequilibrio entre la oferta local y la importada. Sólo en huevos y hortalizas y legumbres se consigue un nivel de abastecimiento que supera el 60%. En el resto de productos no se supera el 37%, destacando por su bajo nivel la leche, con una cuota del 7,6%, y los cereales, con el 0,56%”.

La Opinión de Tenerife: La Isla pierde cada año 250 hectáreas de suelo cultivado

El Cabildo advierte del peligro que supone el cambio de usos (residencial, infraestructuras, vial…) del terreno rústico, pues en 4 años 3.500 hectáreas han dejado de ser agrícolas

ELOÍSA REVERÓN | SANTA CRUZ DE TENERIFE
La Isla cuenta con 43.119 hectá­reas de superficie agrícola (cultivada y en estado de abandono), lo que supone el 21,2 por ciento del territorio insular. De éstas se encuentran en cultivo 18.576 hectáreas, el 9,1 por ciento del territorio insular. Esto quiere decir que de todo el terreno agrícola que hay en Tenerife, menos de la mitad se encuentra cultivado, un 43 por ciento. Pero, es que además, cada año se pierden en torno a 250 hectáreas de suelo cultivado.
Así lo señalaron ayer el consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo, José Joaquín Bethencourt, y el ingeniero agrónomo Fernando López, durante la presentación de la actualización del mapa de cultivos de la isla de Tenerife, “un instrumento esencial para la planificación de infraestructuras en el ámbito rural, y para la toma de medidas que favorezcan el fomento de la actividad agrícola”, y al que se ha destinado un presupuesto de 345.000 euros.
Esta mapa de cultivos indica que la superficie agrícola cultivada ha descendido un 5,1 por ciento en cuatro años. El suelo agrícola abandonado también presenta una evolución descendente. En conjunto, la superficie agrícola total se ha visto reducida en 3.500 hectáreas en cuatro años. El consejero insular aprovechó para advertir que la única amenaza para el suelo cultivado no es el abandono del mismo, “pues supone un gran peligro para esta actividad la presión por otros usos, como el residencial, infraestructuras, vial….”. Y es que en cuatro años esas 3.500 hectáreas han dejado de ser agrícolas por destinarlas a otros usos, lo que supone un 18 por ciento de la superficie agrícola cultivada.

Medidas. Por esta razón, añadió José Joaquín Bethencourt, “es tan importante la iniciativa legislativa solicitada por este Cabildo, y que ha sido admitida a trámite por el Parlamento de Canarias, para proteger el suelo rústico ante cualquier construcción u obra”. Asimismo, el consejero señaló que el Cabildo está llevando a cabo otra serie de acciones para proteger la actividad, como “las acciones para promocionar los productos agrícolas, para reforzar los procesos de intermediación, o la rotación de cultivo”. “También pondremos en marcha unas ayudas directas para potenciar la incorporación de los jóvenes a la agricultura”, indicó el consejero del Cabildo.
Por otra parte, tanto Benthecourt como López destacaron que también se han producido incorporaciones a la actividad agrícola, unas 2.500 hectáreas, “aunque no son las suficientes para cubrir todas las que se abandonan”. Estas incorporaciones se producen principalmente en suelos agrícolas abandonados, aunque también se ponen en cultivo terrenos por primera vez.
En cuanto a la evolución de la superficie agrícola cultivada por comarcas, el mapa de cultivos indica que el descenso insular del 5,1 por ciento es la media que se registra en cada una de las comarcas de la Isla, pero los mayores descensos se producen en el Valle de Güímar y en el Valle de La Orotava. Uno de los municipios de la Isla en los que el abandono es muy elevado es El Tanque.
Por otro lado, y en relación a los cultivos, el descenso mayor se ha producido en la papa, con un 35 por ciento (la ola de calor de abril de 2008 afectó drásticamente a las cosechas de papas en curso); en el tomate, con una disminución del 31,9 por ciento; en la viña, con un 7,3 por ciento, y en las plataneras, con un descenso del 4,9 por ciento.
En el caso del plátano, la mitad de la superficie que ha dejado de ser platanera se encuentra en estado de abandono, un 30% sigue en cultivo pero ha cambiado su orientación productiva, y casi un 20% ha pasado a destinarse a usos agrícolas. Lo mismo ocurre con la viña, que ha descendió un 7,3 por ciento, El cultivo de flores y plantas ornamentales ha bajado un 4,2 por ciento.

Evolución de la superficie agrícola por cultivo

Platanera Se registran un total de 4.403 hectáreas, y a nivel insular se produce un descenso del 4,9 por ciento. Las mayores pérdidas en valor absoluto (hectáreas) corresponden a los municipios de La Laguna, La Orotava y Güímar. Se registra un incremento de superficie en Guía de Isora. Aproximadamente la mitad de la superficie que ha dejado de ser platanera se encuentra en estado de abandono, un 30% sigue en cultivo pero ha cambiado su orientación productiva, y casi un 20% ha pasado a destinarse a usos no agrícolas.

Viña Se contabilizan 3.531 hectáreas de viña y 1.225 hectáreas de asociaciones de cultivos en las que está presente la viña. Se registra un descenso conjunto de viña y asociaciones del 7,3%, que es generalizado, a excepción de los municipios de Fasnia y Arico. Destacan las pérdidas de superficie en los municipios de Vilaflor y Granadilla. De la superficie que ha dejado de cultivarse, un 50% se ha abandonado, un 30% se dedica actualmente a otros cultivos, y un 20% se ha desvinculado de la actividad agrícola.

estacionales La ola de calor de abril del año 2008 afectó drásticamente a las cosechas de papas en curso. La superficie total de papas refleja un descenso del 35%. Por su parte, las hortalizas suben un 3%, los cultivos “no presentes” aumentan un 34%, y los cereales han aumentado un 3,7%.
Tomate La superficie del tomate asciende a 714 hectáreas. La evolución registrada supone un descenso del 31,9% que afecta a todos los municipios productores. A diferencia de otros cultivos, la superficie que ha dejado de ser tomate sigue formando parte mayoritariamente de la superficie agrícola cultivada, destacando su orientación actual a platanera, hortalizas y, en un porcentaje importante, a cultivo no presente. El 26% de la superficie que ha dejado de cultivarse de tomate se encuentra en estado de abandono y un 12% se ha orientado hacia usos no vinculados a la agricultura.

Flores y plantas ornamentales Se han contabilizado 515 hectáreas de cultivos ornamentales, concentrando La Laguna la mitad de esta superficie. La tendencia global es negativa, con un descenso del 4,2%.

Frutales Los árboles frutales tienen una implantación variable, destacando los municipios de Güímar, La Orotava o La Laguna. La tendencia es variable por zonas y por tipos de frutales. En el caso de los cítricos, la evolución general es negativa, mientras que los subtropicales no cítricos han aumentado. Los frutales templados mantienen una estabilidad global con marcadas diferencias entre zonas. Los municipios del Valle de Güímar acumularon el 62% de solicitudes de auxilio por el Delta (2005) en explotaciones de frutales, lo que puede explicar el acusado descenso local.

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