Presentamos este video con las aportaciones, vivencias, recuerdos y propuestas de futuro para un colectivo con muchos años, pero en constante evolución. Engánchate a la Ecología, es naturalmente gratificante.
Inmersos en los actos conmemorativos del 40 aniversario de Turcon Ecologistas en Acción; hemos elaborado un video donde recogemos los testimonios de compañeros y compañeras, visibilizando el positivismo de nuestra acción, de años de reivindicaciones y logros alcanzados, de compromisos y vivencias asumidas.
Somos ecología, acción, movimiento, dinamismo en plena transformación. Esperanza, resistencia, ánimo y constancia. ACOMPÁÑANOS en nuevas aventuras y desafíos. TURCÓN ECOLOGISTAS EN ACCIÓN 40 años de aliento y fortaleza.
Sempiterno lector, viajero
incansable, renacentista convencido, José Luis González-Ruano ha sido y es un
excelente narrador y poeta.
Hemos compartido infinidad de
charlas, de cuitas, de pareceres, de puntos de vista comunes y de criterios
contradictorios. Defensor apasionado de la riqueza del lenguaje, sus
reflexiones guardaban siempre un poso de sosiego y meditación, sus argumentos eran
sólidos y siempre acababa yo aprendiendo de aquel ser humano, amigo
inolvidable, que me hacía ver con claridad meridiana el por qué de sus argumentaciones, la fortaleza de sus
conclusiones.
Siempre había, a la postre, unas
risas, un deseo de vivir de nuevo ese momento, con otro argumentario, otra
temática. Compartimos cervezas y degustamos excelentes vinos, saboreamos
elixires espirituosos que nos transportaban a tierras y autores literarios que
ocupaban tan entrañables como recónditos espacios en nuestros corazones y
memoria.
Así el ron nos llevaba a
Heminguay de quien era un profundo admirador. Había seguido en sus viajes los
periplos del Premio Nobel, Cuba, Pamplona, donde, junto al busto que preside la
plaza de toros, se retrataba él, añadiendo una foto más a su álbum de recuerdos
del Camino de Santiago.
El orujo nos acercaba a Castelao,
a Alvaro Cunqueiro, a Rosalía de Castro y lo disfrutábamos puro, trasparente,
aromático, en lugares cargados de
simbolismo como el alto do Cebreiro o en forma de queimada en su refugio
natural, muy cerca de la laguna de Valleseco, en encuentros familiares que
animaban a tocar el timple y la guitarra y cantar isas y folías, muiñeiras y
alalás.
Pero el periplo que más hondo
cuajó en mi interior, fue su creación literaria.
En 1998 obtiene un Accesit Premio
de Poesía Pedro García Cabrera con su obra “Últimos pájaros del océano”. Su
dedicatoria, la primera de muchos libros publicados, dice todo de un amistad
eterna: ” A José Manuel Espiño que ha volado conmigo en el océano interminable
de la amistad. Que no se cansen nuestras alas” Jamás se cansarán Pepe, mientras
un hálito de aliento dé vigor a mi cuerpo y a mi memoria. Nunca, amigo mío.
Deseo hacer una semblanza de su
obra más destacada, a través de sus palabras. Tal vez así, disfrutando de
ellas, encuentre usted en sus escritos enorme placer y esperanza. Placer de
mundos recorridos que serán suyos, palabra tras palabra; esperanza por una
humanidad con otras miras, más solidarias, más responsables más sanas. Salud que nos da el conocimiento y
que nos enferma la ignorancia, un mundo sin fronteras, sin barreras y rayas.
Sin muros infranqueables pues a la postre es esto, tenacidad vana. Si imposible
es poner puertas al campo, más difícil se torna encarcelar la esperanza.
“Ulises y la Garita Azul” fue su
primera publicación. El Ayuntamiento de Telde patrocinaba y editaba en 1988 una
joya hace tiempo agotada que ensalza su litoral, la esencia de sus gentes, al
alma de un pueblo. Es su espacio vivenciado, su entorno más cercano, su día a
día.
“Fíjate, Ulises, allí está el
último tarajal libre de nuestra playa. Ya no le llega el aire limpio que bajaba
por este cauce, le han apagado el sol tenue de las tardes, hace tiempo que sus
ramas no cobijan el trino alegre de aquel pájaro amigo y hasta le han robado la
sonrisa azul del océano, destruyendo la pequeña playa que lo llenaba de noche
marina” Capítulo: El árbol del mar. Ulises y la Garita azul.
El bufadero, la playa de los
Palos, el puerto de la Madera, las salinas, el poblado aborigen, la playa de
San Borandón, la cueva azul de la Reina Mora… lugares entrañables de la costa
teldense, próximos a donde vivió siempre José Luis, su querida playa de La
Garita, narrados con un lenguaje fluido y entrañable y dirigidos a su hijo
Ulises.
En 1995, la Consejería de Turismo
del Gobierno de Canarias y el M.I. Ayuntamiento de Telde publican: “El
bosque de Tara. Andando por los espacios naturales de Telde”.
Esta joya bibliográfica nos
acerca a todos y cada uno de los paisajes que definen el municipio: la caldera
de los Marteles, los Altos de Jarcó y los Cercados, los volcanes de Rosiana y
el Gamonal, los valles de Casares y San Roque, El Malpais y la sima de Jinámar,
los arenales de Tufia, el bufadero de la Garita, el mar de las Puntas y los
Roques, el barranco de los Cernícalos
De este último capítulo es este
párrafo, invitación indudable a todos los caminantes a recorrer las sendas de
la isla en busca de las bellezas y valores que indudablemente encierran:
“Tras una jornada de fantásticos
encuentros con el agua y las hermosas manifestaciones de la vida, el caminante
acabará su periplo por el barranco reconociendo que este es, sin duda, un
espacio natural para interpretar la naturaleza con los cinco sentidos y, sobre
todo, para procurar conservarlo como referente emblemático del patrimonio
ecológico de Telde y de la isla”.
En 1998 edita su primera obra
bajo el sello de Azulia, dentro de su Proyecto Mundo Isla. El título: “Chelonia
en Orchilla y el Cuaderno de Tindaya”. José Luis, profundamente comprometido
con el medio natural de las islas, pincela un desgarrador lamento ante la
enorme tropelía y soberbia insensatez de querer vaciar la sagrada montaña de
Tindaya. Afortunadamente, la lucha del pueblo fue tenaz y tal desmán no se
llevó a cabo, hasta la fecha:
“Hay polvo de hueso de mujer en
la cima de Tindaya. Algunas noches, dicen que no más de tres al año, la montaña
se queda sin aire y se escucha claramente la respiración agitada de la piedra.
Es entonces cuando aparecen las luces blancas” El
cuaderno de Tindaya.
Hombre de mar, mi querido hombre
azul, siempre indagó en la búsqueda de esas raíces marinas con la belleza de su
lenguaje:
“Siempre intento recordar cómo
entró el mar en mi vida y cada vez quiero saber algo más sobre ese mismo mar
que me rodea. Me he acercado a los puertos perdidos en los confines del mundo,
he arribado a playas secretas, y he contado el tiempo en la arena como si fuera
un ave marina”Chelonia
en Orchilla.
Fue en 1999 cuando CajaCanarias
publica su obra poética: “Últimos pájaros del océano”.
Con fuerza arrolladora, orgulloso
de sus raíces en un San Cristóbal pescador y marinero, el autor rescata sus
orígenes en el poema: Biografía
inacabada de un hombre azul:
“Yo soy el hijo de José,
la cicatriz azul de Cecilia,
un cruce de océano y pez
que me semeja a cualquier isla.
Sólo escucho el mar que me
inunda,
sus brisas espirales, sangre
que a lo salvaje me vincula,
viento de aisladas tempestades.
Y más que un ser soy un estar
ornando el nombre la arena,
un eco de profundidad
desde la orilla a la cabeza.
Hombre repleto y derramado
como fruta marina, cuerpo
que invoca la espuma en sus
rasgos
hundidos en las sales del fuego.
Y aún por el mundo sobrevivo
respirando gotas azules,
mordiendo hierbas del abismo
hasta que el agua me desnude”.
En el año 2005 bajo el sello
Azulia, publica su primera novela: “Isla de Lobos”. Como el mismo nos
dice en la contraportada: “Un libro, intenso como un naufragio, para leerlo en
una isla desierta”.
“Al tiburón lo dejaron sangrando
la derrota en un charco y no murió hasta que el lugar se limpió de ruidos
humanos. Y allí se quedó esperando la sepultura de la marea, como si su carne
maltratada fuese tan solo un despojo de la historia.
“Ulises Duncan, cargado de cañas
y bártulos, siguió a sus hijos a distancia hasta llegar al desolado promontorio
del faro y tuvo tiempo suficiente de calmar las angustias del alma con el
fuerte olor a vida que los muchachos iban dejando por el camino”. Isla de
Lobos.
Siempre fue antropólogo, aunque
la carrera la cursara tras medio siglo de existencia.
En el año 2008 sale a la luz su
segunda novela: “Surf Republic”. Segunda entrega de su
trilogía Mundo Isla, iniciado con Isla de Lobos. El país del oleaje, así define
el mundo de las olas al que José Luis conferirá categoría de estado.
“La tribu del oleaje en el vacío
del amanecer seguía dispuesta a saltar a la orilla, a nadar hasta acercarse a
las ondas imaginarias, bajando primero la cabeza para sortear la rotura
bramante, empujando la tabla hacia el fondo para volver a emerger infatigable
al encanto de la luz, para buscar el calor de la hembra líquida, la madre de un
mundo salvaje, tan antigua como el tiempo, y luego el más limpio vuelo hacia el
conocimiento completo del corazón humano…” Surf
Republic.
2010 fue año jacobeo. Pasarán
once años antes del nuevo año santo:2021. Con motivo de tal efeméride, José
Luis publica con su linea editorial, Azulia, “El camino de Santiago en Gran
Canaria. Un viaje a la isla interior”
Paso a paso, desde la iglesia
parroquial de Tunte hasta el templo de los caballeros de Gáldar, el autor nos
describe a través de barrancos y calderas, llanos y degolladas, conos
volcánicos y malpaíses una senda mítica, cargada de pasado, que recorre por
caminos ancestrales los más variados paisajes isleños.
“Fue la semilla de un naufragio
la que trazó el rumbo en el Atlántico, desde Galicia hasta Gran Canaria,
extendiendo el Camino de las Estrellas en el corazón de la lava hasta hacerlo
coincidir con antiguas rutas nativas. En algún lugar dentro de mí está ahora
ese camino.”El Camino de Santiago en Gran Canaria.
2015 nos sorprende gratamente con
una nueva novela: “Donde anidan los albatros”, editada por Azulia. En
palabras del autor, la contraportada nos insinúa de que va su lectura: ¿Qué
libro es éste? Ahí están los relatos de un mundo primitivo sobre los que
gravita, como un ave marina elevada en los océanos, la poesía de los
encuentros.
“No sé si algún día viajaré hasta
el archipiélago de Svalbard, en el océano Glacial Ártico. Pero me gustaría. Es
la orilla fría. Una escala hacia otro mundo. Allí hibernaría eternamente, como
un oso polar, abandonando mi respiración al enigma del sueño del invierno. Lo
pienso cuando estoy en un promontorio final en la isla de Mageroya, en la
Laponia noruega, mirando el sol de medianoche que apenas roza el océano y
asciende”. Del capítulo: Azul ártico.Donde anidan
los albatros.
En 2018 sale a la luz su última
publicación. Se trata de: “El
archipiélago nómada. Un viaje libre y salvaje por las islas
Canarias”.
“La isla no siempre es un refugio.
Nada consigue explicar su destino, aunque todo viaje por mar acabe en una
orilla. Así llegan también hasta las solitarias playas como la de San Borondón
los restos de los naufragios, los desechos y los cadáveres oceánicos.” El
archipiélago nómada.
Pendiente nos queda su última
obra, aquella que cerraría su trilogía Mundo Isla. Pero en estos treinta años
de publicaciones hay material suficiente para reflexionar sobre nuestras
relaciones con el medio natural, con las personas que lo habitan, con las plantas
y animales; en suma, con la vida.
Esperando quedamos.
José Manuel Espiño Meilán.
27 de enero de 2020, hoy, mi fiel amigo, se ha detenido tu corazón pero centenares palpitan tras tus pasos. ¡Buen camino, peregrino!
Comenzaron por el Barranco de García Ruiz, ascendiendo, llegaron a la Media Fanega y terminaron en Valsequillo. Los participantes en la ruta organizada por el Colectivo Turcón, culminaron hoy la ruta del mes de octubre.
El proyecto de “Barrancos al
Golpito” culminó hoy su ruta por García Ruíz, acercándose a los múltiples
afluentes que definen la cuenca hidrográfica de Telde. Lo iniciaron en su
conexión con uno de los dos grandes ramales en que se divide el Barranco Real
de Telde, en este caso el que viene de San Roque.
En nuestro recorrido tuvieron la
oportunidad de observar el Valle de Casares, la cabecera del Barranco de Las
Goteras, bordear la cabecera del Barranco de Correa, verdadero nacimiento del
Valle de San Roque, atravesar los escondidos llanos del Helechal, y asombrarnos
con una visión magnífica de la Caldera de Tenteniguada.
ALGUNOS TOPÓNIMOS DEL RECORRIDO
García Ruiz: El origen de este topónimo hace mención a un
importante propietario de tierras en este lugar, cuyo nombre aparece indicado
ya en una escritura pública en el año 1593. Su inclusión en este documento
junto a los más importantes figuras locales del momento, y la pervivencia y
extensión del topónimo dan idea de la importancia de este poco conocido
personaje, al que el cronista Hernández Benítez, sin precisar las fuentes
identifica como Alférez, y por tanto un posible conquistador, que ya tenía
establecida hacienda en el lugar en 1567.
La Gavia : Según el DRAE una gavia es una zanja que se abre en
la tierra para desagüe o linde de propiedades, y esta la interpretación que
propone Hernández Benítez, basada en su experiencia personal, al tener que
saltar muchas de ellas para acceder a las viviendas de la zona. Sin embargo,
otra acepción del término, común en Canarias, como terreno llano delimitado por
muros de piedra o paredes de barro que facilitan que las lluvias se estanquen y
se filtren, favoreciendo el cultivo posterior de cereales de secano, parece más
adecuado, según se desprende de la información documental del año 1809
referente a los repartos de agua en la zona que dice “en dicho pago en que
nacen dos fuentecillas con cuya agua se recoge en una charca o tanque antiguo
que se halla formado de barro”.
La Media Fanega:
Según recoge Hernández Benítez “lugar en el límite extremo de esta jurisdicción
[Telde] con la de Santa Brígida [y Valsequillo], así llamada por existir en
aquel sitio una excavación hecha en la roca que hace media fanega de grano”. La
fanega es una antigua medida de capacidad para el grano y otros productos, que
variaba de unos territorios a otros, siendo la fanega castellana, utilizada en
Canarias, equivalente a 55,5 litros.
Valle de Casares: El origen del topónimo estaría según Hernández Benítez en el repartimiento concedido a Juan de Casares, un supuesto conquistador. Sin embargo la falta de datos sobre éste contrasta con la existencia de repartimientos en Telde en el siglo XVI a nombre de Cáceres, y la presencia ya en esa época del topónimo Valle de Cáceres, por lo que la denominación actual parece ser una evolución fonética del mismo.
Ruta por
el barranco de Los Olivos, T.M. de la Villa de Santa Brígida.
El día
soleado se tornó fresco. La chiquillería acompañó la ruta. Los caminos y las
aventuras por doquier. Los pequeños aventureros iban descubriendo tras los
recodos del barranco un mundo verde y exuberante.
Al final unas cuatro horas de rutas que culminó
muy cerca del Jardín Canario, ya en el municipio de Las Palmas de Gran Canaria.
Palmerales
junto a viejos olivos.
Caminar un par de horas a la sombra de enormes
olivos y palmeras fue una oportunidad. La ruta propuesta este domingo, fue una
escapada entretenida. Es cercano, ahí al lado. En el Paraíso Rural de la Villa
de Santa Brígida. La sensación del aventurero perdido en una selva donde los
arboles no te dejan ver el bosque.
Tasaute
o Sataute.
La Villa de Santa Brígida es un municipio de 18.9732
habitantes (2011). Un paraíso rural donde el visitante podrá comprobar los
contrastes de un paisaje salpicado de agricultura, volcanes, zonas modernas y
residenciales, todo ello aderezado con una exuberante naturaleza que se refugia
en los rincones más remotos del municipio.
El nombre primitivo de la Villa, era Tasaute o
Sataute que significó en el mundo
aborigen pequeño palmeral. Después de la conquista el municipio fue conocido
como El Lugar de la Vega, ocupando la cuenca media del Guiniguada. Era uno de
los pueblos más extensos de la Isla. Único y amplio municipio compuesto por La
Vega de Abajo (Santa Brígida), La Vega de En medio (El Madroñal) y la Vega de
Arriba (San Mateo). Todos estos nombres evocan abundancia de agua, tierras
fértiles y producción agrícola.
El
patronazgo a la imagen de Santa Brígida.
Aparece desde la apertura de la iglesia en 1525, una santa del norte de Europa, posiblemente irlandesa o sueca. Esta devoción fue introducida, probablemente por las familias irlandesas que, en aquellos años, se refugiaban en Gran Canaria huyendo de la persecución religiosa de la Reina Isabel I de Inglaterra.
El próximo domingo, día 16 de junio, será la actividad de senderismo. Nivel bajo.
La ruta comenzará en la Villa de Santa Brígida y se recorrerá el barranco de Los Olivos. Un senderos a la sombra de enormes palmeras y olivos.
Datos técnicos:
Nivel bajo. Una bota.
Recorrido: 5-6 km.
Puntos de encuentro:
9:30 horas salida de guagua desde Parque Franchy Roca de Telde.
10:00 horas recogida en zona de tierra, circo La Feria, de Las Palmas de GC.
Inscripción e información en Casa de la Juventud de Telde, 928.68.06.86 y email: turconsenderismo@gmail.com
Más info:
Hace poco un grupo de personas sensibilizadas con el medio ambiente, procedieron a recuperar el sendero por el cauce del barranco de Los Olivos de la Villa de Santa Brígida limpiando cañas y hojas caídas. La Presa de Satautejo y caminar a la sombra de las palmeras canarias de la Cuenca del Guiniguada será una experiencia al alcance los/las senderistas de Turcón.